Me enamoraré en Italia, eso fue lo que le dije mientras hablábamos de cosas con sentido y sin sentido, estábamos sobre un árbol, comiendo papas fritas, fue la salida más linda y memorable que recuerdo con el muchacho de mirada limpia y generosa, pero lo que no le dije, es que si ese día ocurre me bañaré en la fontana de Trevi, para perennizar el momento, al estilo de Silvia en la película La Dolce Vita, una gran película del maestro Fellini.
y luego en la mañana esperar que me digan Buongiorno principessa,como en la película La Vita é Bella
y luego en la mañana esperar que me digan Buongiorno principessa,como en la película La Vita é Bella
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