Nos han puesto en ridículo, le dijo
guardó silencio y luego, con voz firme, sin temor alguno
al precio que pudieran exigirle, añadió:
Si queremos justicia deberemos arrodillarnos
ante Don Corleone.
Enterrador Amerigo Bonasera a su mujer,
decepcionado por el fallo de un tribunal americano.
Puzo, Mario. "El Padrino": Suma de Letras, 2002,p. 17.
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