domingo, 26 de abril de 2009

Historia de un Día común

La realidad no es que sea asfixiante, es compleja, y en instantes complicadísima, todo me resulta economizado, he tratado de escapar del consumismo, de lo que ofrece todo publicidad, estoy caminando escuchando música suave, con un bolso cargado de libros y notas de diarios, me detengo observo más carteles (imposible escapar de ellos), en una ciudad comercial…y si me traslado al campo (siempre lo pienso no es mala idea), a lo mejor el trabajo sea más duro , el sol será inclemente y el clima impreciso, pero mi tranquilidad será inobjetable, será como vivir sin normas gramaticales.
Otro sueño realizable… venidero, la tranquilidad de un hogar propio, rodeado de hojas verdes y olor a margaritas, me gusta esa idea.
Soy consciente que no debo idealizar nada ni a nadie, pero si creer en la posibilidad que un cambio propio es bueno, si vamos creciendo con ellos.
Llego a mi destino, llego a casa, me pongo a leer los diarios que compre en la mañana, me agrada hacerlo, el olor a papel con tinta, me inquieta (y eso que no son chocolates) leo lo que sucede y me abate, otras historias me reconfortan…



"...primero reí, luego lloré, y te miraba, me dió por pensar y recordaba..."

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