sábado, 16 de agosto de 2008

El lugar donde el tiempo se detiene en el momento equivocado

Por Talita

Nosotros que desmentimos fumar hierba diariamente afirmamos ser la sal que no tiraste para atrás el pasaporte de tus sueños inhóspitos, los dientes del caballo que regalaste. Nos confirmamos, la mariposa que nunca ha de nacer, la oveja dulce que se come tu jardin, las cenizas del fuego eterno.
Insistimos en proclamarnos pájaros con alas de cemento, el calor de tu acidez, la macota que te odia, un laberinto de espejos rotos.

Somos los exiliados de la literatura, energicamente abúlicos. Una redención inconclusa de gente que no la merece y un chancho con antojo de jamón, un condon sin destino, la cara oculta de la luna que le prometiste a tu amada.

Y no aceptamos sugerencias de silencios, ni lágrimas de sangre deslizándose sobre el panel superior del destino. No aceptamos más el sol contento, ni las costas del pacífico ... no aceptamos más los fulbitos ganados, ni los cuentos inventados o las patas de conejo o esta puta suerte que no se nos viene de nuestro lado, y preferimos abrazar a la nostalgia de los tiempos pasadas, porque sabemos que también el año pasado dejamos la llave sobre la mesa y el departamento quedo cerrado. No nos preguntes que nos pasa porque desgraciadamente no nos pasa nada. Y probablemente te vayamos a hacer creer que sufrimos de mal de amores...o que el olvido olvidó pasar por nuestra casa; o que nuestra esposa no nos deja divorciarnos del canario, ni de los platos sin lavar.

Entonces leemos las proezas ajenas y lloramos como niños; rogándole a quien sabe que el devenir de un desastre.Es menester hacerte saber que no nos importa si aplaudís nuestro desvelo, nuestra tristeza.

Nuestro hallazgo de la verdad del universo o esta estupida culpa que tenemos del aburrimiento que demostramos. Seguimos pisando vidrios sin mirar la luz.


Miscelánea/ Revista de cultura y pensamiento Nro2 año 2007

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