Escribir resulta una gran terapia para mi, lo digo y lo repito incansablemente, a veces quiero creer que todo lo que pasé ya estaba escrito, mis buenas y no tan buenas decisiones, el 2011 no fue mi mejor año pero me sucedieron cosas grandiosas, y me vi reflejada en un espejo, y las cosas grandiosas suceden porque tienen que suceder, a mis casi 27 años, me doy cuenta que los cambios han sido provechosos, por lo menos estoy rompiendo con mi candado de timidez, ahora estoy conduciendo el barco a buen puerto, y sin darme cuenta he dejado la puerta abierta para que personas buenas, lleguen a conocerlo , y aunque me gusta el misterio, la sorpresa y la duda, no dejo de encandilarme por esas personas de maravilla infinita que Dios pone en mi camino, lo bueno de haber hecho prácticas en registros públicos, fue que me llevó a conocer el Restaurante de los Chen, una linda familia de la cual me hice amiga, y en especial de Hsin Yu, a quien su madurez me sorprende y me gratifica, lo otro fue conocer a mi amigo Andreu, en aquel lugar de fantasía y casi de cuento, aunque sobre él debo escribir en un post aparte.
Lo otro bueno fue haber obtenido el ansiado título profesional, aunque ahora no sé si tan ansiado, porque hasta ahora mis caminos van entrelazados al mundo del derecho y del revés, en fin es como una paradoja… que simple hubiera sido la vida sino me complicaba tanto, ese año también me reencontré con una persona del pasado que me hizo creer que las promesas si se pueden cumplir, pero que si estas no se mantienen estas se quiebran, a veces hubiera preferido no verlo más, ese reencuentro me dejó mas desconcertada , y me refiero al plano sentimental y espiritual… Róger Antonio así como vino, se fue, como un Hola y un Adiós, como una promesa que se va desvaneciendo, porque simplemente se acabo y ya me lo decía mi intuición, él no es para ti, así que déjalo ir, y eso es lo que hice. Luego de eso quise intentar nuevamente con un torbellino de ilusiones(Andrés otra vez) que no debí mezclar con realidad, como dicen lo que empieza mal, termina mal.. y cuanta verdad en aquella frase, pero bien luego de eso me acuerdo de un estribillo: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar…” y es que así aprendemos con errores, nadie es sabio de su propio destino, nosotros lo hacemos, y estos se convierten en pergaminos que debemos revisar constantemente, el pasado ayuda a restablecer el presente, y el presente va bien, me he reconciliado con Papá, ahora me llevo mucho mejor con él, la depresión va despejándose de mi vida, haber estado por poco tiempo en el poder judicial me hizo reflexionar, lo que quiero para mí, es posible que sea egoísta en radicales ocasiones pero es parte de mi imperfección, ahora mi palabra clave es búsqueda, de lo esencial, lo inmaterial de mis sueños, y tengo la FE absolutamente ciega puesta en DIOS.
Pd. Agradecimiento especial a Faisal quien me dijo que debo buscar mis objetivos y me recomendó que leyera el Poder de la Intención del Dr. Wayne. Que por cierto ya lo estoy terminando.
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